viernes, 31 de agosto de 2012

Escribir para vivir dos veces

El escritor vive dos veces. Lleva su propia vida cotidiana y en ella corre como todo el mundo yendo a comprar, atravesando la calle, vistiéndose por la mañana para ir a trabajar. Pero el escritor ha entrenado, al mismo tiempo, otra parte de sí mismo. La que vuelve a vivir todo esto por segunda vez. La que se sienta y vuelve a recorrer mentalmente todo lo que ha sucedido, deteniéndose a observar su consistencia y sus detalles.
Cuando estalla un temporal, todos corren por las calles de aquí para allá con paraguas, impermeables, diarios en la cabeza. El escritor vuelve a salir bajo la lluvia con la libreta de apuntes en la mano y la pluma entre los dedos. El escritor observa los charcos, los ve llenarse, ve cómo las gotas de lluvia puntúan la superficie. Se podría decir que el escritor se ejercita en ser estúpido. Sólo un estúpido se quedaría bajo la lluvia mirando un charco. Si uno es listo, intenta no quedarse bajo la lluvia para evitar los resfriados y, de todas formas, en caso de enfermedad se ha asegurado de antemano. Si uno es tonto, se interesa más por los charcos que por su propia salud, las pólizas de seguro o la puntualidad en el trabajo.
Por último, uno está más interesado en volver a vivir su propia existencia escribiendo que en hacer dinero. Bueno, entendámonos: también a los escritores les gusta hacer dinero; también a los artistas, contrariamente a lo que normalmente se piensa, les gusta comer. Sólo que, para ellos, el dinero no es la motivación principal. Personalmente, si tengo tiempo para escribir me siento muy rica, mientras que me siento muy pobre si tengo un sueldo regular pero no tengo tiempo para mi verdadero trabajo. Pensad en ello. El patrono nos da un sueldo a cambio de nuestro tiempo. El tiempo es la mercancía de mayor valor que un ser humano tiene para ofrecer.
Trocamos el tiempo de nuestra vida por dinero. El escritor se detiene en el primer paso, el propio tiempo, y le atribuye un valor aún antes de recibir a cambio un dinero. El escritor tiene muchísimo aprecio a su propio tiempo, y no tiene tanta prisa por venderlo. Es como heredar un terreno de la familia. Este terreno siempre ha pertenecido a la familia, desde tiempo inmemorial. Viene alguien y ofrece comprarlo. El escritor, si es listo, no venderá demasiado. Sabe bien que, una vez vendido el terreno, podrá comprarse un segundo coche, pero no tendrá un lugar donde refugiarse, ya no tendrá un lugar donde soñar.

Por eso, si queremos escribir, no es malo que seamos un poco tontos. Dentro de nosotros existe una persona a la cual no se le puede dar prisa, una persona que necesita tiempo y nos impide entregarlo todo. Esta persona necesita un sitio a donde ir, y nos obliga a mirar fijamente los charcos bajo la lluvia, casi siempre sin sombrero, y a sentir las gotas que caen sobre la cabeza.

Natalie Goldberg
de El gozo de escribir: el arte de la escritura creativa

Un mensaje de 98 años

Encuentran una botella en el mar con un mensaje de hace 98 años
Fue hallada en el mar de Escocia por un pescador y se comprobó que es el mensaje más antiguo hasta ahora recuperado.
El pescador Andrew Leaper encontró en abril la botella —arrojada en 1914— entre sus redes cuando navegaba hacia el oriente de las Islas Shetland, que están en la costa norte de Escocia.
La organización del Libro Guinness de los Récords Mundiales confirmó hoy que el hallazgo es el mensaje más antiguo en un botella que ha sido recuperado, al superar la marca anterior por cinco años.
La botella formó parte de un conjunto de 1.890 que fueron lanzadas al mar como parte de un experimento gubernamental para trazar el mapa de las corrientes submarinas en los mares que rodean a Escocia. Fue arrojada por el capitán CH Brown de la Glasgow School of Navigation, se informó en Google News.
Dentro de cada botella había una tarjeta postal en la que se pide a quien la halle que registre los detalles del hallazgo y promete, en recompensa, una moneda de seis peniques. Desafortunadamente para Leaper, esa moneda ya dejó de circular.





Formaba parte de un experimento gubernamental. Pero...y si hubiese sido un mensaje de amor? o un pedido de rescate?
Creo que es un bonito tema para un relato. A qué esperas para escribirlo?

jueves, 30 de agosto de 2012

Frases para comenzar

La mayoría de las veces, no sabemos sobre qué escribir y aunque le damos mil y una vueltas, no se nos ocurre nada. Vamos a provocar que las musas despierten con algunas frases que tendremos que utilizar para dar comienzo a una pequeña historia.

1. Algunas mañanas exigen...

2. Se dio la vuelta y cayó de bruces...

3. Había dejado de pensar...

Venga!!! anímate a completarlas!!!


miércoles, 29 de agosto de 2012

Una librería muy divertida

Esta mañana me preguntaba porqué algunos de mis libros estaban fuera de lugar. Si hasta un par de ellos se veían como cansados...
Ahora entiendo porqué!!




Tip Nº 3

Escribe sin detenerte durante un tiempo preestablecido. Llena folios sin interrupción, no pienses, no releas, déjate llevar sin controlar los resultados.

martes, 28 de agosto de 2012

Comenzar a escribir

Lo primero que necesitamos a la hora de ponernos a escribir es el deseo ineludible de escribir. Podríamos decir que es el único requisito indispensable. Ahora bien ¿Escribir en soledad o en medio de una multitud? ¿De pie o tumbado? ¿No pensar lo que se dice o no decir sin antes pensarlo? ¿Recurrir a la metáfora o rechazarla? ¿Hacer hablar al personaje o acallarlo? La lista de ejemplos es inagotable. Sin duda, tanto una fórmula como la contraria son válidas. La respuesta depende de cada caso. De cómo se escribe depende qué se escribe. Por lo tanto, conocer los secretos, las técnicas y los trucos del oficio nos aporta mayores posibilidades de encontrar nuevas vías y alimentar el proceso. 


lunes, 27 de agosto de 2012

Sé valiente

Sabes cuales son tus enemigos a la hora de ponerte a escribir?
Uno de ellos es compararte con los demás y sentir que no estás a la altura.
Olvídate de los demás, deja tu mente en blanco y piensa que escribir es como un juego y para jugar, hay que dejarse ir.

Y por supuesto, disfrutar!