lunes, 31 de diciembre de 2012

Tiempo de avanzar


"Hay un tiempo en el que es preciso abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo, y olvidar nuestros caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares.
Es el tiempo de la travesía: y si no osamos hacerla, quedaremos, para siempre, al margen de nosotros mismos."

Fernando Pessoa




Hoy es un buen día para abandonar esas ropas y emprender la travesía....

FELIZ INICIO!!!!!

lunes, 17 de diciembre de 2012

La llave maestra

La luz de su cuarto me habla de él cuando no está,
me acompaña cuando tengo miedo,
y siempre tengo miedo porque soy valiente;
oye su paso sobre los mosaicos de la entrada
va a su encuentro cuando abre la puerta lentamente
cuando lo espero, y siempre lo espero;
lo mismo es para la luz eléctrica que para la luz del sol,
lo mismo para el sol que la luna o la estrella.
Un tapiz forma la luz complicada
es la vida y siempre la vida.
Si me quedara ciega la vería con mis patas
o tal vez con mi frente cuando llega.
El tapiz no lo forma la luz sino su llegada, el sonido
que cambia de oscuro en claro.
El tablero de la luz tiene varias llaves
pero una gobierna el resto:
se llama la llave maestra.
Del mismo modo el tablero de mi luz
tiene una sola llave que gobierna las otras
la llave que está en sus manos.
Apagaría todas las luces si quisiera
pero yo cierro los ojos para no ver
la oscuridad que podría ser luz
para no herirlo.

Silvina Ocampo (Buenos aires, 1903-1994)

Aviso clasificado


viernes, 14 de diciembre de 2012

Decálogo del escritor según Augusto Monterroso

1-Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
2-No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
3-En ninguna circunstancia olvides el célebre dictum: "En literatura no hay nada escrito".
4-Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
5-Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
6-Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.
7-No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
8-Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
9-Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
10-Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.
11-No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

La musa de Borges

María Kodama es la persona a la que Borges dedicó expresamente más textos y también la mujer que más veces invocó en su obra. La primera dedicatoria que le dirigió apareció en el poema La luna, de La moneda de hierro:

La luna

A María Kodama

Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.

Pero será con Historia de la noche cuando Borges inaugure todo un microgénero destinando a María Kodam,a una dedicatoria que trasciende cualquier forma literaria con elementos minimalistas de la épica inaugural, del relato autobiográfico, del poema lírico en prosa, del personal ensayo encarnado y aun de la epigrafía numismática nominalista. Porque, escritor integral, Borges era el mismo creador genial en el cuerpo central de sus libros que en el paratexto conformado por prólogos, epílogos y, desde luego, dedicatorias como esta:

“Por Venecia de cristal y crepúsculo. Por la que usted será: por la que acaso no entenderé. Por todas estas cosas dispares, que son tal vez, como presentía Spinoza, meras figuraciones de una sola cosa infinita, le dedico a usted este libro, María Kodama”.

Ahora bien, a partir de Historia de la noche, el nombre de María Kodama, allí evocado e invocado, se convertiría en un numen y también en un mantra en el resto de su obra. Así lo revela su siguiente poemario, La cifra, donde ensaya además su propia teoría de la dedicatoria: “De la serie de hechos inexplicables que son el universo o el tiempo, la dedicatoria de un libro no es, por cierto, el menos arcano”, asegura, pero, al mismo tiempo, entiende que, en la medida en que se trata de “un don, un regalo”, está marcada por el signo de la reciprocidad, pues “todo regalo verdadero es recíproco”. De aquí su magia nominativa:

“Como todos los actos del universo, la dedicatoria de un libro es un acto mágico. También cabría definirla como el modo más grato y más sensible de pronunciar un nombre. Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama. Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines del Oriente y del Occidente, cuánto Virgilio”.

Fue para Borges, en efecto, María Kodama compañera en la vida, pues con ella vivió, viajó y se casó, y colaboradora en la obra, pues con ella tradujo varias lenguas germánicas, con ella compuso libros diversos, con ella articuló su personal biblioteca y con ella convivió su propia obra, como refiere la dedicatoria de su último poemario, Los conjurados, de nuevo marcada por la magia simbolista de la enumeración falsamente caótica y sus misterios:

“De usted es este libro, María Kodama. ¿Será preciso que le diga que esta inscripción comprende los crepúsculos, los ciervos de Nara, la noche que está sola y las populosas mañanas, las islas compartidas, los mares, los desiertos y los jardines, lo que pierde el olvido y lo que la memoria transforma, la alta voz del muecín, la muerte de Hawkwood, los libros y las láminas? (…) En este libro están las cosas que siempre fueron suyas. ¡Qué misterio es una dedicatoria, una entrega de símbolos!”

Y en el proteico Atlas evocó a su compañera de un modo que incluye teleológicamente a todos los lectores, porque sabe que se trata ya de una cartografía literaria que forma parte de muchas vidas:

“En el grato decurso de nuestra residencia en la tierra, María Kodama y yo hemos recorrido y saboreado muchas regiones, que sugirieron muchas fotografías y muchos textos. (…) María Kodama y yo hemos compartido con alegría y con asombro el hallazgo de sonidos, de idiomas, de crepúsculos, de ciudades, de jardines y de personas, siempre distintas y únicas. Estas páginas querrían ser monumentos de esa larga aventura que prosigue”.

No en vano, en el poema Los dones que se incluyó en Atlas y que conforma todo un tríptico con los anteriores Poema de los dones y Otro poema de los dones, Borges afirmó que “pudo una tarde descubrir la luna / y con la luna el álgebra de estrellas”.

martes, 11 de diciembre de 2012

Tip Nº 19

Piensa en la historia como si fuera un puzzle formado por muchas ideas distintas. A partir de allí, debes buscar la mejor forma de encajarlas.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Madrigal de una antigua voz

Cuando tu voz se pierda en las veloces
veleidades del aire,
y forme torbellinos de crepúsculos o de quemantes oros,
si todavía escucho,
si todavía al alma le impresionan los sonidos,
recordaré tus tiernas servidumbres,
tus estériles soledades
y el destino de las palabras pronunciadas.
Como si mirara un relicario
donde viviera escondido tu retrato.


Serafina Núñez (Cuba, 1913)

viernes, 7 de diciembre de 2012

Reglas para escribir según Kurt Vonnegut

1. Aprende a utilizar el tiempo y espacio teniendo en consideración al lector. No hagas que sienta que ha desperdiciado su tiempo con la lectura. 2. Ofrécele al lector, mínimo, un personaje que pueda apoyar, o con el que se identifique. 
3. Todo personaje que se cree debe desear algo. Como dice Vonnegut “aunque sea un vaso de agua”. 
4. Toda frase, enunciado u oración debe responder a una de dos cosas: revelar el carácter o avanzar en la acción. 
5. Comienza tan cerca del final como sea posible. 
6. El escritor debe ser sádico. No importa lo dulce e inocentes que sean los protagonistas, o hacen cosas horribles o se le suceden a ellos. Que el lector se sorprenda con hechos que pudieran pasar, que los saque de lo que pensaban que sería. 
7. Escríbele sólo a una persona, o a un tipo de lector en específico. Si abres la puerta por muchos caminos no sabrás por cuál dirigirte; ni te definirás ni darás lo mejor de ninguno. 
8. Ofrécele al lector tanta información como sea posible, lo mas pronto posible. “To hell with suspense”. Éste debe entender a la perfección lo que está pasando, dónde y por qué. De esta forma, podrá terminar la historia por sí mismo, “should cockroaches eat the last few pages”.

jueves, 6 de diciembre de 2012

La erosión como arte

Noriko Ambe es un japonés que crea su obra sobre libros en blanco y catálogos de otros artistas. Él mismo explica que es un proyecto en el que no intenta apropiarse del trabajo de otros sino utilizarlo de base. «He cortado y erosionado las obras de otros artistas (catálogos y similares), la disección de la obra y su transformación a través del filtro de mi interpretación».





Es un trabajo minucioso y muy laborioso, en el que Noriko intenta expresar de alguna manera conceptos e ideas basados en la obra del artista del que ‘erosiona su catálogo’. En el caso de las obras sobre base de papel en blanco desarrolla un nivel escultorico-pictorico que es sorprendente.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Escritores que cantan


Muchas veces se ha dicho que algunas canciones son una verdadera poesía, pero ¿sabemos en realidad de dónde surgen muchas de ellas?
Nikosia es un gupo folk que nació en Barcelona en el año 2008 de la mano de Francesc Miralles y Rocío Carmona. Miralles, que toca el piano y la melódica, es autor de obras como Un haiku para Alicia o Retrum; esta última sirvió de inspiración para alguno de los temas del grupo. Por su parte, Rocío Carmona, una de las vocalistas, es autora de La gramática del amor, cuyo título proviene de una de las canciones de Nikosia, The grammar of love. El grupo también ha dado vida a la banda sonora de Quantic love, novela de Sonia Fernández-Vidal.



Al otro lado de los Pirineos, Mathias Malzieu es uno de los componentes del grupo de rock Dionysos, formado en 1993. Uno de sus temas, Tais toi mon coeur (Cállate, corazón mío), hace referencia a uno de los libros del escritor francés, La mecánica del corazón, que además cuenta con un videoclip muy inspirado en la estética de Tim Burton. En este caso la relación entre música y literatura es doble, puesto que es algo reconocido que este grupo encuentra parte de su inspiración en los mundos creados por Roald Dahl.



martes, 4 de diciembre de 2012

Tip Nº 18

Piensa en tu novela como si fuera un árbol con muchas historias paralelas que se entrecruzan y forman algo grande pero que vienen de un mismo tronco. 

lunes, 3 de diciembre de 2012

Una receta muy original

Te gusta cocinar además de escribir? Fernando Iwasaki nos propone una original manera de "cocinar" un microrrelato.
Para este escritor peruano, el microrrelato no es una tapa, no es un entremés, no es un bocadito y no es la porción pequeña de un plato más grande, sino un plato único que se prepara a base de huevo "porque el huevo supone la historia y también los personajes". De esta forma, escribir microrrelatos "consiste en poner un huevo y saber prepararlo".





Canción del insomne

Todo se vuelve oscuro
y es mentira la luz que nadie ve.
Nos deslumbran, nos ciegan.
Un café.
Es lo que necesito.
No es la sed.
Podré tocar la noche
y no temer su beso de una vez.
Que acudan otros héroes a los sueños:
yo prefiero quemar la lucidez
mientras duren mis párpados. Café.



Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977)